Cardo Mariano: propiedades y beneficios para el hígado

El hígado es un órgano que se encarga de más de 80 funciones diferentes. Tiene una gran capacidad de eliminar toxinas y mantener el organismo “limpio”. Una planta aliada del hígado que le facilita su función de eliminación es el cardo mariano.

Detrás de este nombre gracioso se encuentra una planta interesantísima para el hígado y la salud en general.

¿Qué es y para qué sirve el cardo mariano?

El Cardo Mariano es una planta silvestre que crece en márgenes, bosques y prados de la cuenca mediterránea. Esta planta es el remedio por excelencia del hígado y siendo este órgano fundamental para mantener y promover la salud en general, merece la pena mimarlo.

Los beneficios del cardo mariano:

La primera función del cardo mariano en relación al hígado tiene que ver con su regeneración. Su principal compuesto, la Silmarina, estimula la regeneración de las células hepáticas o hepatocitos. Esto es de especial interés en el caso de tener hábitos no muy saludables como la toma de alcohol, tabaco o alimentos procesados, tener periodos muy sedentarios o vivir en entornos muy contaminados. La buena noticia es la increíble capacidad de regeneración de este órgano. El hígado puede regenerarse y volver a funcionar perfectamente.

El cardo mariano impide parte de la penetración de los tóxicos en sus células. La Silmarina impide la penetración de los tóxicos en el hepatocito por lo que le confiere una propiedad protectora. Es muy interesante con personas que toman mucha medicación ya que puede disminuir sus efectos secundarios a nivel hepático. Recuerda como siempre consultar con tu médico o profesional de la salud por posibles interacciones. El cardo mariano es también antioxidante.

Protege al hígado ante la oxidación y la acción de radicales libres. En este órgano hay una gran formación de radicales libres que se generan por su propio funcionamiento.

¿Cómo funciona el hígado?

El hígado funciona en dos fases: Una fase donde llegan todas las toxinas sin filtro y se procesan todas juntas, a través de un proceso de oxidación. Por lo que se generan muchos radicales libres. En la segunda fase, ya dividimos cada toxina en diferentes vías de eliminación y las conjugamos con diferentes sustancias.

El cardo nos ayuda a disminuir la carga de oxidación que se genera en esta primera fase hepática. El cardo mariano ayuda a la formación correcta de bilis.

La bilis permite emulsionar las grasas que se consumen con los alimentos, es decir, pasar de gotas grandes de grasa a gotas minúsculas, que son las que podrán someterse a la acción de las lipasas y ser absorbidas. La bilis también es indispensable para tener un buen equilibrio en la microbiota, ya que pone orden en las colonias de bacterias intestinales. Y finalmente, la bilis es una vía de eliminación de tóxicos liposolubles, por lo que si no se tiene una buena formación se está disminuyendo esta eliminación de tóxicos por parte del hígado.

El cardo mariano puede ayudar en la eliminación del colesterol, por lo que es interesante en casos de hipercolesterolemia y prevención cardiovascular.

¿Cómo tomar el cardo mariano?

El cardo mariano se puede tomar en cápsula o extracto que asegure un buen contenido de silmarina. Como preventivo se puede tomar en infusión. Como la mayoría de plantas beneficiosas del hígado, tiene un sabor bien amargo, que se puede completar con plantas con buen sabor como la melisa que nos ayudará también a la digestión.

Es una planta que se debe evitar en embarazadas y lactancia y también en caso de hipertensión.

El cardo tiene una función depurativa muy importante. El exceso de tóxicos puede verse representado como dolor de cabeza, cansancio, acné y manchas en la piel, mal aliento y sueño menos profundo. Por lo que cuidar del hígado significa cuidar de la salud en general. La naturaleza ofrece muchos remedios para cuidar de este órgano tan importante, y el cardo es un gran ejemplo de ello!

¡Recuerda! Valorar toda pauta dietética junto con tu médico o profesional de la salud, para que pueda asesorar de manera personalizada.