La receta que te traemos hoy es muy equilibrado porque combina fibra, proteínas, grasas saludables y carbohidratos naturales, lo que lo convierte en una opción ideal para una comida completa y saciante.
Beneficios para la salud:
La calabaza es rica en betacarotenos (precursor de la vitamina A), mejora la salud de la piel y fortalece el sistema inmunológico. Las espinacas aportan hierro, calcio y antioxidantes, esenciales para la salud ósea y la producción de glóbulos rojos. La manzana contiene fibra y antioxidantes que favorecen la digestión y regulan el azúcar en sangre. El queso azul aporta calcio y probióticos beneficiosos para la flora intestinal, aunque debe consumirse con moderación debido a su contenido en grasa y sodio. Las avellanas y pasas son ricas en grasas saludables, vitaminas y minerales que ayudan a la función cerebral y al control del colesterol.
Ingredientes
- 1 calabaza pequeña (tipo cacahuete o butternut)
- 200 g de espinacas frescas
- manzana verde, pelada y cortada en cubos
- 50 g de pasas
- 50 g de avellanas tostadas, picadas
- 100 g de queso azul (gorgonzola)
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
Preparación
- Precalienta el horno a 180 °C.
- Corta la calabaza por la mitad a lo largo y retira las semillas.
- Coloca las mitades de calabaza en una bandeja de horno, rocía con una cucharada de aceite de oliva y hornea durante 45 minutos o hasta que la pulpa esté tierna.
- Mientras tanto, en una sartén, clienta una cucharada de aceite de oliva y saltea las espinacas hasta que se ablanden.
- Añade la manzana, las pasas y las avellanas a la sartén, y cocina por unos minutos más.
- Retira la calabaza del horno y rellena con la mezcla de espinacas.
- Desmenuza el queso azul sobre el relleno.
- Vuelve a hornear durante 10-15 minutos, hasta que el queso se derrita y todo esté bien caliente.